Isla Margarita, Rivera del Hueznar.

Un lugar por el que recomiendo pasar, siempre que no sea ni Sábado, ni Domingo, días en los que este área recreativa, es castigada por cientos de domingueros. Se trata de una zona habilitada, para el esparcimiento, dentro del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla.

Esta equipada con servicios, aparcabicis, merenderos, papeleras, carteles informativos y barbacoas (ojito con hacer fuego).

Aquí, podremos observar muchas aves. Debido al ajetreo que sufre la zona y a que suelen acercarse a rebuscar entre la basurilla que dejan los visitantes, son muchas las especies que están bastantes confiadas y se dejan ver con facilidad.

Antiguamente, contaba con varias represillas que facilitaban el baño y que hace poco se quitaron según tengo entendido, para facilitar la reintrodución de la mal llamada por parte de las autoridades trucha autóctona, convirtiendo la zona también en refugio de pesca. Poco futuro tendrán los alevines de trucha soltados aquí a bombo y platillo si debido a la degradación del entorno es difícil ver una triste rana en el agua.

Isla margarita, también es conocida como la isla del pescador, por esta estatua. Solo puedo asegurar que lleva allí mas de 34 años, porque tengo fotos junto a ella en las que no llego al añito. Si andamos un poco corriente abajo, también encontraremos la casilla del guarda, hoy abandonada y en ruinas y que yo tuve la suerte de conocer en pleno esplendor, ya que el tan querido y ya desaparecido Alfonso el Guarda era mi tioabuelo. Aunque contaba con muy mala fama entre los furtivos de la sierra por su carácter recio y de pocos amigos, fueron muchas las familias que pudieron llevar en esos días algo de comer a sus casas cuando las penurias apretaban, mientras el hacia la vista gorda.

En sus mejores días, esta zona contó también con un chiringuito en el que se podía encontrar refrigerio y la sustentosa, excelente y tradicional comida casera de mi tiabuela Mercedes. Bajaban los serranos a la rivera como si fueran de vacaciones a Torremolinos y entre primos, vecinos, tíos, amigos, gazpacho y sardinas pasaban de forma amena las horas mas sofocantes del tórrido verano.

Este lugar, eso si, es muy recomendable, tanto para comenzar, como para finalizar la Vía Verde de la Sierra Norte, dado que se encuentra en uno de los extremos de la misma, y cuenta con cierta facilidad de aparcamiento.

En definitiva, es un lugar, que ha perdido mucho potencial natural por la masificación, pero que guarda su encanto y en el, podremos acercarnos a disfrutar del maravilloso entorno de la Rivera del Hueznar con algunas comodidades.