Aficionado a la pesca del black bass desde pequeño por tradición familiar, hace ya algunos años que otro gran amigo pescador, me ofreció la oportunidad de pescar mi primer barbo en río. Fue tal la experiencia que desde entonces, cada vez son menos las salidas en busca del centrarquido y muchas mas las que me llevan a recorrer ríos, regajos y riveras en busca de este gran luchador autóctono. A diferencia de la pesca en pantano, no se busca una gran pieza, si no un gran lance que aúna desde la belleza del lugar propio donde pescamos a la dificultad de la picada. Ahora, cada vez son mas los días en que la caña se queda en el coche y disfruto de ellos conociéndolos, buscando su distribución, salvando a los que quedan atrapados en pozas aisladas y sobre todo asombrándome del expectaculo del desove en el que este pez derrocha una fuerza impropia de un animal tan pequeño.
Y recuerda, siempre, siempre, siempre captura.........................
Y SUELTA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario